Edwin Espinal, Mariano Mella, Dennis Simó, Juan Tomás Tavares Kelner y Bernardo Vega.


A pesar de ser una encomienda para defender la imagen de Trujillo en USA, esta obra es unaantología de personajes dominicanos que documenta el aspecto positivo de la vida diaria deRD a mediados de los años de 1940.

Santo Domingo, RD.- Escritores, intelectuales, aficionados a la buena lectura y directivos de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos (SDB) asistieron puntuales a la Capilla de los Remedios, en la Ciudad Colonial, a la puesta en circulación de libro “Sambumbia, un descubrimiento de la República Dominicana, la Hispaniola Moderna”, escrita en el 1947 por la corresponsal de guerra estadounidense Page Cooper.
El acto inició con las palabras de bienvenidas ofrecidas por Dennis R. Simó, presidente de la SDB e incluyó la intervención de Juan Tomás Tavares Kelner, vocal de esa entidad cultura y quien realizó la presentación de esta nueva edición de la obra escrita hace más de 70 años.
Tavares Kelner explicó que el libro surgió un esfuerzo de Rafael L. Trujillo y sus asesores de cambian la deteriorada imagen del régimen ante la opinión pública Norteamérica, siendo publicada su primera edición a mediados de la década de 1940, como estrategia de los relacionistas públicos del dictador de colocar obras y literaturas de propaganda política en favor de Trujillo en bibliotecas y puestos revistas de importancia de los Estados Unidos.


Dijo que la autora Cooper capta con maestría el atractivo del país y el carácter de los dominicanos, a pesar de la brevedad de la estadía de esta escritora; y como el auténtico relato de su viaje a nuestro territorio alude a su naturaleza como encargo remunerado del gobierno del dictador dominicano para proyectar una imagen de paz y modernidad en la opinión pública norteamericana.
“Sambumbia tuvo una amplia difusión en los Estados Unidos sin evidenciarse flagrantemente su naturaleza propagandística, cumpliendo su cometido de difundir una visión positiva de la nación bajo el mando de Trujillo”, manifestó el vocal del consejo directivo de los Bibliófilos.
Tavares agregó que la autora vino al país en el verano del 1946 y se hospedó en el Hotel Jaragua, desde donde hizo numerosas visitas locales y emprendió excursiones a diferentes regiones del país en varias semanas, que incluyó anécdotas históricas en un estilo de guía turística de nuestros monumentos, intercalando hechos y leyendas, y dijo que el verdadero valor de Sambumbia radica en los retratos de dominicanos y extranjeros residentes, realizados en base a sus encuentros y entrevistas.
Añadió que “a pesar del origen de su encomienda para escribir la obra, esta antología de personajes dominicanos resulta ser un “tesoro” que documenta el aspecto positivo de la vida diaria en el país a mediados de la década del 1940, sobre todo la vitalidad intelectual y artística de esa época, capturando en su crónica momentos tan importantes como el terremoto del 4 de agosto del 1946 y detalles curiosos como la construcción del Colegio Santo Domingo, bajo la supervisión del energético padre Edward McEntree, de Detroit”.
“Con la evidente limitante de no poder criticar al dictador ni a su obra de gobierno, Cooper relata con espontaneidad sus experiencias con dominicanos de diferentes estratos sociales y niveles intelectuales, sobresaliendo nombres sonoros”, afirmó.
El libro también graba escenas con algunos de los extranjeros residentes, como el italiano monseñor Ricardo Pittini, en su residencia arzobispal promoviendo el Faro a Colón; el ebanista tallador español, Pascual Palacios, trabajando en su taller de Ciudad Nueva; el gerente estadounidense del Hotel Jaragua, Tony Vaughn; la bailarina judía austríaca y primera instructora de ballet en nuestro país, Herta Brauer, y su esposo el doctor Brauer, egiptólogo y otrora profesor de la universidad de Zürich, entre otros.
Sambumbia pone de relieve la campaña de “información” desplegada por el régimen trujillista en el extranjero, invitando a una profundización sobre los recursos empleados y los actores que intervinieron en ese esfuerzo centrado en la opinión pública norteamericana, al mismo tiempo la obra permite al lector conocer las interesantes vidas de diversos personajes de la época, retratados por esta inquisitiva escritora estadounidense en el verano de 1946.
Sobre la Sociedad Dominicana de Bibliófilos
La SDB fue creada en 1973 con carácter privado no lucrativa, con el objetivo de promover, preservar y divulgar la bibliografía y cultura dominicana. Actualmente es la institución cultural del país que más obras clásicas ha editado de la literatura criolla, incluso un gran porcentaje de ellas se había agotado.
Los Bibliófilos poseen en su sede la Biblioteca Enrique Apolinar Henríquez, la única del país y una de las principales de la región especializada exclusivamente en temas dominicanos y caribeños, con más de 15 mil volúmenes.
Desde 1978, la biblioteca ha sido una importante fuente de consulta de investigadores, periodistas, escritores y académicos nacionales y extranjeros, y siempre ha operado en el segundo piso de la SDB, en la calle Las Damas número 106, en la Ciudad Colonial.
El consejo directivo de la Sociedad está integrado por Dennis R. Simó, presidente; Edwin Espinal, vicepresidente; Bernardo Vega, tesorero; José Chez Checo, secretario; Sócrates Olivo Álvarez, comisario de cuentas y son vocales Frank Moya Pons, José Alfredo Rizek, Eugenio Pérez Montás, Eleanor Grimaldi Silié, Juan de la Rosa, Antonio Morel, Juan Tomás Tavares, Mariano Mella, María Filomena González, Raymundo González y Jaime Read Ortega.
Son sus ex presidentes Enrique Apolinar Henríquez, Frank Moya Pons, Juan Tomás Tavares, Bernardo Vega, José Chez Checo, Juan Daniel Balcácer y Mariano Mella.

El libro

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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