Santo Domingo.- La sala Carlos Piantini, del Teatro Nacional Eduardo Brito se viste de gala hasta el domingo 14 de abril con la presentación de la ópera «La traviata», del compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901), sobre el libreto en italiano de Franchesco María Piave, basada en la novela y luego obra teatral de Alejandro Dumas hijo, «La dama de las Camelias.
El público disfrutó de la hermosa música de Verdi interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el maestro José Antonio Molina.
Desde los primeros acordes de la orquesta se estableció una conexión con los asistentes hasta el final, casi a las 12 de la medianoche.
La obra cuenta con la dirección musical del maestro José Antonio Molina, producción de Fidel López, vestuario Leonel Lirio, coreografía Carlos Veitía y dirección escénica de Eduardo Villanueva.
«La traviata», presentada por Ópera RD, cuenta además con la participación artística de talentos como María Karatsava, Nathalie Pena-Comas, David Astorga, Pedro Carrillo, Glemmer Pérez, Pura Tyson, Sibelle Marquéz, Sayli Pérez, Eduardo Mejía, Kenny Gómez, Alberto Durán y Edison Feliz.
Ambientada en los años 50 en la ciudad de Santo Domingo, las primeras imágenes son de la zona del cementerio de la avenida Independencia.
La dirección vocal de los solistas locales estará a cargo de Paola González y un coro bajo la dirección de Elioenai Medina.
Resumen de La Traviata
Violeta una hermosa y famosa mujer de vida alegre, que está enferma casi al final de su vida, da una fiesta en un salón de baile de la capital y es presentado al joven Alfredo, quien se enamora de ella. Alfredo entona el célebre brindis «Libiamo, el cual sigue Violeta. Tras el banquete y luego que se van los invitados se quedan conversando, Alfredo preocupado por su salud le entrega una camelia y le confiesa su amor. Volverá a verle cuando la flor se marchite. El se va y Violeta que sólo piensa en Alfredo como amigo, se plantea aceptar su amor.
En el segundo acto la pareja decide vivir juntos en una casa del campo, Violetta se ha enamorado de Alfredo a pesar de sí misma. Ella ha abandonado completamente su antiguo estilo de vida. Cuando Alfredo descubre, que Violetta ha vendido sus pertenencias para sostener sus vidas en el campo, se apresura por ir a la ciudad a pagar sus deudas.
Durante la ausencia de Alfredo, el padre de éste la visita para pedirle que le abandone porque la relación con su hijo ha destruido el futuro de Alfredo y la fortuna de su hermana (la reputación de Violetta como cortesana ha comprometido el apellido Germont). Con crecientes remordimientos ella escucha las patéticas palabras del anciano Germont y, por medio de su influencia, deja a Alfredo, haciéndole creer que ha vuelto a su antigua vida de fiestas.
En el tercer acto, para olvidar el dolor Violetta se sumerge más en la vida de fiestas con amigos, Alfredo la cuestiona por su comportamiento y la avergüenza delante de los demás invitados al arrojarle dinero, que dice le debe por sus servicios mientras vivían juntos en el campo. (El no sabe acerca de la visita de su padre y cree que Violetta lo ha dejado por otro hombre). Violetta se desmaya. Germont entra y reprocha a Alfredo por tratar a una mujer tan irrespetuosamente. El barón Douphol, la escolta de Violetta, reta a Alfredo a un duelo. Violetta se recupera concientemente y declara su amor por Alfredo.
Unos pocos meses luego de la fiesta, la tuberculosis ha confinado a Violetta a la cama. El anciano Germont le envía una carta que dice que ha informado a Alfredo del sacrificio que ella ha hecho por él y su hermana. Alfredo que ha regresado del exilio luego de herir al barón durante su duelo), se apresura por llegar a su lado en el hospital, se ha dadp cuenta de que Violetta se ha sacrificado por él, y le ruega que lo perdone. Ella muere en sus brazos.
