Margarita Brito
Existen reglas que no tienen ningún motivo de ser, sólo la ocurrencia de algún “jefecito” que le dio la gana de imponerla, tal vez para demostrar que es quien manda.
Fue lo que pensé cuando asistí a una ofrenda floral en el Altar de la Patria, en el parque Independencia y bajo un sol abrasador caminé hacía el mismo protegiendo mis ojos que están muy sensibles con gafas oscuras.
Pero fue grande mi extrañeza cuando se me acercó un militar para decirme que estaba prohibido llevar lentes oscuros en el Altar de los Padres de la Patria, lo que dejó desconcertada.
Tras la ofrenda me acerqué al militar para peguntarle en cual ley o reglamento estaba escrito que no debía usar los lentes oscuros, a lo que me contestó que eran normas que había que cumplir, al igual que descubrir la cabeza, ésta última me pareció bien por una cuestión de respeto, pero no entiendo cuál es el irrespeto de llevar gafas y más aún siendo una necesidad.
El militar se mostró molesto de que le preguntara el motivo para que me conminara a quitarme las gafas y sólo se limitó a decir que esas eran las reglas. Increíble.