Cuando supo que estaba embarazada de Jean Luca, le dedicó poemas al fruto de su vientre, psero cuando  su anhelado hijo, nació y reveló su condición de autismo, Indhira Polanco quiso morir de tristeza y dolor. «¿Por qué a mí Dios mío, a mí?» Hoy su vida ha cambiado.

A pesar de ser psicóloga de profesión, Indhira llegó a creer que su hijo era castigo…

Un minuto de Jean Luca en sus zapatos era una derrota.

Ir y venir buscando terapias, todas caras, una humillación por falta de dinero.
La incomprensión, aún en su familia, un martirio.

El alivio vino con el CAID. Porque no es fácil, en una sociedad de por sí difícil, construir la cotidianidad satisfactoriamente.

El CAID Santo Domingo recibe cada semana a Indhira y a Jean Luca.

Todas las derrotas, todos los desvelos con llanto y desprecio del mundo, se transformaron en alegría y crecimiento humano para ellos.

Jean Luca va aprendiendo a hablar, a vivir con plenitud. Los progresos han sido enormes.

Indhira, la madre y psicóloga, ha reaprendido a vivir y en el CAID ha aprendido lo que no le enseñaron en la universidad.

En el CAID, Jean Luca y cientos de niños, niñas y sus familias, más que terapias, reciben CARIÑO.

[El próximo 2 de abril será el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo].

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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