Virgen de AltagraciaLos dominicanos celebran este miércoles el día de la Virgen de la Altagracia, un refugio seguro en momentos de angustia, pero también los de felicidad, una madre amorosa a la que acuden no sólo en momentos de tristeza o necesidad, sino también en los de alegría para agradecer.

Son muchos los que dicen creen la virgen que ha llevado sosiego en momentos de tempestad. “Yo  creo en ella, gracias a ella he logrado muchos objetivos en mi vida”, señaló otro joven.

Y así es. Son muchos los testimonios de personas que en momentos en que sólo un milagro permitiría tener salud propia o de algún  ser querido, lograr determinados objetivos han pedido con fe la ayuda de la Patrona Dominicana.

Este 21 de enero el país celebra la fiesta  de la Virgen de la Altagracia y miles viajan a Higüey,  a la provincia  que lleva su nombre, lo hacen con fe y esperanza en la madre que no los abandona.

Varias    actividades han sido   programas para conmemorar esta fecha, entre estas misas durante todo el día  en la Basílica de Higüey, para finalizar a las 7:00 de la noche con  una vigilia de oración y alabanzas.

La  celebración

La celebración  a la Virgen de la Altagracia, el 21 de enero, se inició con el triunfo en la batalla contra los franceses en La Limonade, al Norte de Haití, en el año 1691.

En 1650, el canónigo Gerónimo Alcócer,  describe  la llegada de la Virgen de la Altagracia al país y la actitud de los creyentes, que «llevan en romería a esta santa imagen de Nuestra Señora de AltaGracia, de toda isla y de las partes de las Indias que están más cerca. Señala que cada día se ven los milagros que “por ser tantos ya no se averiguan ni escriben”.

Por petición de Monseñor Meriño fue aprobada la fecha de celebración de la fiesta de la Virgen de la Altagracia el 21 de enero, y  por ley  declarado no laborable, fiesta nacional y religiosa en todo el país, durante el gobierno de Horacio Vásquez, quien era devoto de la  Virgen de Altagracia.

En el libro “Nuestra Señora de la Altagracia” de Monseñor Ramón Benito de la Rosa, editado en 1997, se explica que la imagen de la virgen apareció en un naranjo y en ese mismo lugar se construyó una ermita. Para 1572 se edificó un santuario, el primero de América. Actualmente la Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia es el templo en su honor más conocido del país y fue consagrada en 1972. El documento escrito por el canónigo dominicano Jerónimo de Alcocer, refiere que la imagen fue llevada a Higüey por los hermanos Antonio y Alonso Trejo que para 1514. Este documento fue encontrado en la Biblioteca Nacional de Madrid por el historiador Emilio Rodríguez Demorizi y publicado  en 1942.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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