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El 911 no es sólo servicio de atención a emergencias y seguridad. Es también oportunidad de empleo para dominicanos y dominicanas de gran corazón. Gente que disfruta socorriendo a los demás, como José, María, Milcíades, Edwin, Yanibel y Noemí.

Con el dinerito que ganan, ayudan a la familia, en la casa, pagan la Universidad, compran ropa…

María de los Ángeles, quien era voluntaria en la Cruz Roja, está enamorada del 911.  «Amo este trabajo, dice. Me encanta ayudar. Esto tiene que hacerse con amor, con dedicación, con esfuerzo, porque no son tu familia; tienes que sentir lo que le pasa a ellos”.

Noemí Cabrera cuenta que se siente bien “cuando salvo a una persona. Uno nace con eso”.

Para Edwin González, “salvar vidas es lo mejor que hay. Hoy tú la salvas; mañana te la pueden salvar a ti”.

A estos jóvenes les gusta trabajar. Celebramos que la instalación del 911 en el Gran Santo Domingo les haya permitido tener un empleo digno.
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Ahora, lo mejor de todo en esta historia, lo encantador en esta historia, es la razón por la que estos jóvenes están trabajando/sirviendo en el 911: porque aman a su prójimo.

Es por ello que decimos, y no nos equivocamos, que el  país está cambiando. Vamos bien.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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