Daniela Liverani, veinteañera residente en Edimburgo (Escocia) trajo consigo de su reciente viaje a Asia, pero también trajo un sorprendente y desagradable invitado dentro de ella: una sanguijuela de casi 8 centímetros de largo.
Daniela, que tenía un bulto que le provocaba un dolor continuo en la nariz y que veía como ésta le sangraba da manera habitual, creía que todo era debido a un accidente de moto que había sufrido durante el viaje.
Pero un mes después de volver descubrió con horror como algo se movía por dentro de su nariz. Según cuenta en el Daily Mail “estaba en la ducha y de repente algo salió de mi nariz y llegó hasta el labio.
Salí disparada y me miré en el espejo del baño, y descubrí que ese algo tenía una especie de crestas. Fue entonces cuando me di cuenta de que era un animal”.
Daniela Liverani fue trasladada de emergencia al hospital tras descubrir lo que tenía en la nariz.
Daniela Liverani fue trasladada de emergencia al hospital tras descubrir lo que tenía en la nariz.
Daniela y su compañera de piso llamaron a los servicios de emergencia, que la llevaron a un hospital. Allí los médicos que la atendieron utilizaron una especie de forceps para abrir bien uno de los agujeros de su nariz, mientras una enfermera rebuscaba con unas pinzas.
Hasta que consiguieron atrapar al bicho tardaron media hora, un tiempo en el que el animal no paró de moverse.
Cuando lo sacaron, descubrieron que se trataba de una sanguijuela, “tan larga como mi dedo índice y tan gorda como mi pulgar”, según el relato de Daniela. La joven no se explica cómo pudo anidar semejante bicho a ese lugar: “no sé cómo llegó ahí, solo sé que se hizo más y más grande, alimentándose de mi sangre”.
A pesar de tan traumática experiencia, la mochilera no perdió el sentido del humor: “como nos dijeron que la sanguijuela se había tenido que enroscar para poder quedarse dentro de min nariz, la llamamos ‘Señora enroscada’”.
Pudo llegar en un vaso de agua
Mark Siddal, un experto en sanguijuelas consultado por el Dalily Mail, explica que la larva pudo entrar en el cuerpo de Daniela cuando ella se bañó en un lago en Vietnam. Pero también pudo entrar por la boca, en un vaso de agua, y siendo solo una insignificante larva. Como afirma Siddal, “un mes es suficiente tiempo para el que la sanguijuela se desarrolle”. Es decir, que pudo llegar a Daniele siendo un pequeño huevo o una larva, y crecer dentro de ella gracias a su sangre.