JOSE RAFAEL SOSA
La paleta de colores de la pintura dominicana abada de perder uno de sus más espectaculares pinceles: Guillo Pérez, natural de Moca y nacido en 1926, acaba de fallecer por padecimiento de una crónica enfermedad que le abatía desde hace algunos años.
Se produjo su deceso ayer domingo en su residencia del Ensanche Piantini. Sus restos morales son velados en Capillas La Paz, de la Funeraria Blandino en la avenida Abraham Lincoln.
Su fallecimiento despide la vida de uno de los más fecundos creadores de nuestra pintura, enlutece los artistas y deja plasmada una obra singular y diferenciada por el fuerte colorismo de sus empastes.
Guillo Pérez Chacón, quien había nacido en San Víctor, de Moca, Provincia Espaillat, el 3 de marzo de 1926, había logrado trascendencia y diferenciación por su obra expresionista y abstracta, en un universo figurativo que incluyo monumentos coloniales, y de Jerusalén, marinas, figuras humanas, los elementos del ingenio azucarero (desde la caña hasta los bueyes), los paisajes, los caseríos, los gallos, las flores y las hojas de plátanos.
Su principal logro en el lienzo es el equilibrio de la luz del Caribe con una visión poética contemplativa.
Se caracterizaba por el uso de la espátula para lograr impactantes efectos de colorido fuerte y centrado en una masa pictórica que le caracterizó desde sus inicios de carrera, luego de haber estudiado en la Escuela de Artes de Santiago de los Caballeros en el año 1950. En 1952 fue nombrado profesor y se estableció en Santo Domingo en 1955 donde inició una serie de exposiciones, tanto individuales como colectivas.