Expresan su agradecimiento a la Lotería Nacional y a su Administrador General, Dr. José Francisco Peña Tavarez, por los esfuerzos y programas que se ejecutan desde el Plan Social de Los Billeteros a favor de la clase, pero reconocen que desde el 2011 con la aprobación de la ley 139-11 fue una puñalada que se le dio a La Lotería Nacional quitándoles sus atribuciones de ley como renta públicas, y sobre todo quitándonos los RD$1,000.00 por renovación anual de las bancas de lotería, dinero con lo que nutria el Fondo Plan Social del Billeteros y se realizaban los programas de ayudas, becas y funerarios contemplados en el Decreto 607-04.
El Departamento de Auditoria que dirige la Lic. María Rodríguez efectuó el pago auditado de la Nómina Jubilados II del Plan Social De Los Billeteros, facilitando y transparentando la ayuda de RD$747.50 que la Lotería Nacional Dominicana facilita a estos adultos mayores que por más de 50 años laboraron vendiendo billetes y quinielas de la institución.
Hoy, de 11,000 billeteros activos, carnetizados a nivel nacional en el 1997, apenas quedan 6,000 activos, de los cuales 2,000 aún están activos buscando el pan de su familia vendiendo billetes, quinielas y fracatanes, 2,800 deambulan realizando ventas diversas al pregón, 1,129 están protegido mediante ayudas en las Nomina de Ayudas Fijas y Nomina Jubilados II por La Lotería Nacional. Los demás han muerto en el abandono, en el olvido y en la peor de la pobreza.
En esta gestión han fallecido 141 billeteros, y los programas de ayudas están limitados al humor de los encargados, y el Plan Social de La Presidencia nos quitó desde hace dos años las 300 fundas con provisiones que se nos facilitaban diligenciadas por el Regidor Winston Báez y el Diputado Manuel Jiménez. En estos momentos los billeteros solo reciben como ayuda 25 servicios de almuerzos del Administrador de Los Comedores Económicos, y los $747.50 que por jubilados aporta la Lotería Nacional.
Señalan que solo el rápido auxilio del presidente Lic. Danilo Medina podrá mejorar este estado de vulnerabilidad en que nos encontramos y producir un cambio favorable en la condiciones de vida de estos adultos mayores.