Con motivo de celebrarse el Día Nacional de la Juventud, la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, encabezó una misa en la iglesia Santa Ana, ubicada en el sector de Gualey, a la que asistieron jóvenes de diferentes comunidades.
La eucaristía fue oficiada por los reverendos Alejandro Cabrera, José Ramón y Wilfredo Montaño, quienes agradecieron a la doctora Cedeño de Fernández por aceptar acompañarlos a celebrar esta misa, al asegurar que la Vicemandataria cree en la juventud. La celebración contó con la asistencia de varios guías juveniles del programa Jóvenes Progresando con Solidaridad.
Al finalizar la misa, la Vicepresidenta afirmó que a los jóvenes les toca mantener la luz que el Señor les ha proporcionado en su alma y en su corazón, para que resplandezca para siempre y llegue al Señor a través de sus acciones, a través de su ejemplo, de lo que hacen por los demás y de lo que hacen por ustedes mismos.
“Que el señor siempre siembre esa luz para que ustedes sean emprendedores y para que ustedes efectivamente puedan seguir enarbolando esos valores y principios que nos formaron, que nos forjaron como país, esos valores que nos dejó Juan Pablo Duarte”, dijo.
Recomendó a los jóvenes disfrutar de la paz por la que lucharon los fundadores de la República Dominicana y no permitir a nadie robar esa tranquilidad y que se conviertan en un modelo de paz en cualquier lugar que se encuentren y en cualquier espacio que ocupen.
La doctora Cedeño de Fernández felicitó a los jóvenes y los invitó a ser protagonistas del desarrollo del país.
Por otro lado, a través de su cuenta de twitter, la Vicepresidenta dijo sentirse orgullosa del deseo de superación de miles de jóvenes de todo el país y afirmo que cree en la juventud, a quienes hizo un llamado para que se capaciten, se formen, y se conviertan en ejemplo de valores.
“Jóvenes, yo creo en ustedes, trabajo por ustedes, porque sé que ustedes son los protagonistas del desarrollo del país”, destacó.
El 31 de enero se conmemora Día de la Juventud, desde que San Juan Bosco, fue proclamado Padre y Maestro de la Juventud, en el 1988 por el hoy beato Juan Pablo II. En nuestro país celebramos la fecha desde el año 1993, cuando se designó bajo el Ley No. 10-93.