De-momento-soy-ingeniero
El primer año de la gran batalla para erradicar el analfabetismo en nuestro país cerró con rotundo éxito. La meta del medio millón de inscritos fue superada. En noviembre de este año, República Dominicana será país libre de analfabetismo.
A la fecha hay 510,354 dominicanos y dominicanas inscritos en 37,266 núcleos de aprendizaje. Son 35,473 alfabetizadores. 68,687 personas ya han egresado y recibido sus certificados.
Los once meses que nos quedan por delante serán cruciales. Donde quiera que estén, no importa su condición, hay que rastrear a aquel o aquella que no sabe leer ni escribir para decirle que Quisqueya Aprende Contigo es la gran oportunidad de su vida. Que la aproveche.
El primer año de la gran batalla para erradicar el analfabetismo en nuestro país cerró con rotundo éxito. La meta del medio millón de inscritos fue superada. En noviembre de este año, República Dominicana será país libre de analfabetismo.
A la fecha hay 510,354 dominicanos y dominicanas inscritos en 37,266 núcleos de aprendizaje. Son 35,473 alfabetizadores. 68,687 personas ya han egresado y recibido sus certificados.
Los once meses que nos quedan por delante serán cruciales. Donde quiera que estén, no importa su condición, hay que rastrear a aquel o aquella que no sabe leer ni escribir para decirle que Quisqueya Aprende Contigo es la gran oportunidad de su vida. Que la aproveche.
Caonabo Villar es electricista, sabe hacer su trabajo, dice, pero no sabe de letras. Ha hecho de todo, aclara, menos lo mal hecho.
Confiesa que no tiene vergüenza, que perdió la vergüenza que tienen algunos, porque lo que quiere es aprender.
Está contento y se le nota. Está feliz y entusiasmado, al punto que dice que «de momento es ingeniero».
Aprender a leer y a escribir ha despertado su ambición. Pronto se ve «chateando por donde quiera».
«La educación es el otro nombre de la libertad», repite cuantas veces puede el presidente Danilo Medina.
Alfabetizarse es liberarse de las cadenas de la ignorancia.
es electricista, sabe hacer su trabajo, dice, pero no sabe de letras. Ha hecho de todo, aclara, menos lo mal hecho.
Confiesa que no tiene vergüenza, que perdió la vergüenza que tienen algunos, porque lo que quiere es aprender.
Está contento y se le nota. Está feliz y entusiasmado, al punto que dice que «de momento es ingeniero».
Aprender a leer y a escribir ha despertado su ambición. Pronto se ve «chateando por donde quiera».
«La educación es el otro nombre de la libertad», repite cuantas veces puede el presidente Danilo Medina.
Alfabetizarse es liberarse de las cadenas de la ignorancia.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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