SANTO DOMINGO.- El presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (ASONAHORES) sugirió un incremento de la inversión en seguridad y la reorganización del aparato policial del Estado como parte de las acciones estratégicas para lograr que el país reciba 10 millones de turistas en el 2022, como ha propuesto el presidente Danilo Medina con el apoyo del sector privado.

     “El proceso de planificación del sector con el objetivo de alcanzar la llegada de 10 millones de turistas extranjeros por vía aérea en 10 años, necesita incluir la seguridad como una de las vertientes de alta incidencia”, dijo el señor Luis Emilio Rodríguez Amiama en la sesión de apertura de la IV Conferencia Internacional Seguridad y Defensa, organizada por FUNGLODE y dedicada a la seguridad en la hotelería y el turismo.

     En un escenario que procura acelerar el crecimiento de la llegada de turistas, “aumentar la inversión en seguridad, proceder a la reorganización del aparato de seguridad, avanzar en la persecución del crimen y mejorar la administración de Justicia, adquieren mayor importancia y es uno de los aspectos a priorizar tanto en la Estrategia de Desarrollo Turístico como en la Estrategia Nacional de Desarrollo”, dijo, al pronunciar su charla titulada: “La sostenibilidad del turismo exige un ambiente seguro para las personas y las inversiones”.

     ASONAHORES, recordó, ha planteado, como una cuestión prioritaria de gran trascendencia, el fortalecimiento de la Policía Turística (POLITUR), aumentando y capacitando sus recursos humanos, dotándola de equipos e infraestructura  y aumentando los recursos asignados para apoyo logístico.

LA INSEGURIDAD RECLUYE EL TURISTA

     Rodríguez Amiama advirtió que para expandir las bondades del turismo a todo el territorio dominicano, además de las obras de infraestructura necesitamos “que los ciudadanos nacionales y extranjeros gocen de un ambiente donde puedan disfrutar lo maravilloso de lo dominicano”, porque la actividad turística “sólo es sostenible en un ambiente libre, con bajo nivel de peligro, daño o riesgo para los turistas e inversionistas, nacionales y extranjeros”.

     Afirmo que el turismo “es la actividad de mayor transversalidad en la economía de la República Dominicana, pero es una actividad contrapuesta al crimen y a la inseguridad”.

     Rodriguez destacó que “un ambiente inseguro, con altos índices de riesgo, se traduce en pérdida de competitividad para el mantenimiento y captación de inversiones, aun cuando un país o región reúna otros atractivos”.

      Señaló que en el caso del turismo “la seguridad es determinante, porque es una actividad que requiere una intensa relación con el entorno social, y las personas no pagan para visitar lugares en que estarán sometidos a altos niveles de riesgo”, porque el turista exige un ambiente de relajamiento, libre de las preocupaciones cotidianas, que es todo lo contrario de una comunidad dominada por el crimen y el estado de violencia que este provoca.

EMBARGOS ASALTOS Y EMBARCADEROS PIRATAS

 

     El presidente de ASONAHORES que además de la criminalidad la cuestión de la seguridad en el turismo incluye otras vertientes que merecen mucha atención, y cito los factores de riesgo en las instalaciones turísticas y en las actividades complementarias  como transporte, excursiones y prácticas deportivas, y la seguridad jurídica de las inversiones; temas que se refieren a administración de justicia y a la capacidad del Estado para supervisar las instalaciones turísticas desde el punto de vista de la seguridad y de los servicios extra hoteleros.

     Rodríguez Amiama planteó que aumentar las inversiones  o reorganizar el aparato de seguridad son proyectos exigentes, pero “¿cuál es el nivel de exigencia y dedicación para evitar que los turistas sean timados en las playas por vendedores piratas de excursiones, utilizando embarcaciones sin control y sin estar registrados?”.

    El dirigente turístico citó como ejemplo de graves problemas de inseguridad que sólo requieren voluntad para ser resueltos “la existencia de embarcaderos piratas sin control en la playa de Bávaro, o la ocupación de la playa por botes y embarcaciones que atentan contra la seguridad de los bañistas”.

    Destacó que otro aspecto de la seguridad es el referido a los “problemas de garantía y el irrespeto a las reglas existentes que afectan tanto las grandes y medianas inversiones de empresarios, como a las pequeñas inversiones inmobiliarias y empresariales”.

     El presidente de ASONAHORES señaló como el caso “más dramático”, el de los llamados “embargo asaltos”, en que las empresas turísticas son víctimas de notificaciones judiciales en el aire, usadas posteriormente para acudir a embargar bienes de los hoteles con turbas que protagonizan escenas vergonzosas que aterrorizan a los turistas y a los inversionistas.

     Rodríguez Amiama afirmó que este tipo de situaciones someramente descritas “suman riesgos evitables, fáciles de combatir, que dañan las condiciones del país como destino confiable para las inversiones, y alejan a personas interesadas en adquirir una segunda vivienda, por lo que también tienen un impacto negativo en la economía”.

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