«Alabado sea Alá que nos ha bendecido tras tanto tiempo de ausencia de mi marido que sigue en la cárcel. Él, mis dos hijas y yo estamos muy contentos ya que lo esperábamos hace muchos años», explica emocionada la palestina Dallal Ziben (32) tras dar a luz a su primer varón. Muhannad ha llegado al mundo gracias a la inseminación artificial. Su marido, Ammar, consiguió sacar semen de forma clandestina de la cárcel israelí Adarim. 

Ziben cumple 32 años de cadena perpetua por su relación con el doble atentado en el mercado de Majane Yehuda en el centro de Jerusalén que provocó la muerte de 16 personas en el 97. Un año después, este miembro del brazo armado del grupo islamista Hamas fue detenido.

En ese momento, tenían una pequeña hija y su esposa estaba embarazada de una niña. Desde entonces, el sueño de la familia era un hijo varón. La mayor, Basher, que hoy tiene 16, comparte sus sensaciones con la agencia France Presse: «Estoy muy contenta. Es la primera auténtica felicidad que llega a la familia en los últimos 15 años. Cuando nuestra madre nos informó de la fertilización y de que estaba embarazada, no me lo podía creer. Siempre quisimos tener un hermano y ahora el sueño se ha hecho realidad».

En el Servicio Penitenciario israelí  tampoco se creen que Ziben haya conseguido entregar el semen de forma clandestina en una de las visitas a la cárcel. «No es muy posible ya que vigilamos de cerca la visitas de las esposas de los presos», explican.

Pero en la Maternidad Razan, en la ciudad cisjordana de Nablús, donde Ziben dio a luz tras una operación de cesárea, no tienen duda alguna. «Recibimos una muestra de semen del marido del método más seguro y creíble a nivel médico. La pareja queria un varón. Intentamos el proceso de inseminación  tres veces hasta lograrlo», explica el doctor Saalem Abu al-Kheizaran. La familia no quiere desvelar ningún detalle sobre cómo se sacó el semen de la cárcel y su posterior traslado.

Tanto este médico de Nablús como la Oficina de Prisioneros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) exigen a Israel que permita a los presos palestinos mantener relaciones sexuales con sus esposas.  «Tener un hijo es un derecho de cualquier preso. La cárcel no debe ser un obstáculo para ejercer este derecho», denuncian a EL MUNDO.ES mientras Samer Samaro, de la Oficina de Presos de la ANP en Nablús, añade: «Esperamos llegar en el futuro a un acuerdo sobre este asunto  con las autoridades israelíes. Si incluso el asesino de Rabin ha tenido un hijo desde la cárcel, ¿por qué se priva este derecho a los palestinos?».

Se refiere al extremista Yigal Amir que en 1995 asesinó a su compatriota, el primer ministro israelí, Isaac Rabin en protesta por lo que consideraba  «una rendición peligrosa» en el proceso de paz de Oslo. Tras muchos años exigiéndolo y pese a una fuerte oposición de la opinión publica, Amir recibió el permiso. El 28 de octubre del 2007, Larissa Trimbobler dio a luz al hijo del magnicida que cumple cadena perpetua.

Desde el Servicio Penitenciario israelí afirman que no tienen constancia del caso de Ziben. Sobre la prohibición de mantener relaciones sexuales y la acusación de que sólo se permite a los presos israelíes, nos responden: «Depende de cada caso. Los presos comunes generalmente tienen derecho. Los presos acusados de actos terroristas que han provocado la muerte de decenas de personas, no».

elmundo.es (Foto AFP)

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