Científicos en Estados Unidos diseñaron unas pequeñísimas cápsulas que pueden simular la función del sistema inmune para reforzar la respuesta del organismo a infecciones.
Las nanopartículas están dirigidas a los ganglios linfáticos, la parte del sistema inmune que se encarga de combatir infecciones, destaca BBC Mundo.
Las «nanopartículas» sintéticas están dirigidas a los ganglios linfáticos, la parte del sistema inmune que se encarga de reconocer y combatir los agentes foráneos que atacan al organismo.
Los ganglios linfáticos están distribuidos en todo el organismo y lo que hacen estas nanopartículas, explican los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, es «avisar» al sistema inmune cuando hay una amenaza externa, como un germen o una infección.
En experimentos llevados a cabo con ratones, los compuestos fueron utilizados como parte de una vacuna y lograron mejorar «ampliamente» la respuesta de la inmunización, incluso con infecciones que de otra forma hubieran sido letales.
Tal como expresan los científicos en la revista Nature Materials, los compuestos serán adaptados próximamente para utilizarlos con humanos.
Actualmente una vacuna involucra la preparación del sistema inmune para que éste pueda reconocer a una bacteria o virus particular y sea capaz de atacarlo rápidamente cuando ocurre una infección.
Además de contener una versión desactivada o debilitada de la bacteria o virus que se desea atacar, muchas vacunas contienen los llamados «adyuvantes», que son sustancias que ayudan a mejorar la respuesta del sistema inmune.
El equipo de Duke basó su estrategia en el mecanismo natural del sistema inmune que involucra un tipo de células llamadas mastocitos, ubicadas en la piel.
La función de estas células es combatir infecciones y para ello se comunican de forma directa con los ganglios linfáticos liberando unos compuestos (pequeñísimas partículas) llamados gránulos.
Se piensa que cuando encuentran una infección de bacteria o virus los mastocitos liberan sus gránulos, los cuales a su vez contiene una sustancia química llamada TNF o factor de necrosis tumoral.
Los TNF viajan hacia los ganglios linfáticos los cuales se encargan de iniciar el ataque del sistema inmune.
El enfoque de los científicos fue crear nanopartículas sintéticas similares a los gránulos, con su propio TNF, para que éstos llevaran a cabo la misma función de los mastocitos para combatir una infección.
Cuando los científicos inyectaron la vacuna que contenía los compuestos, éstos lograron viajar hacia los ganglios linfáticos y liberar su TNF, igual que un mastocito, y lograron producir una respuesta inmune más poderosa.
En la prueba dieron a los ratones una vacuna contra gripe A, la cual contenía los gránulos sintéticos.
Cuando los animales fueron expuestos al virus, a una dosis que normalmente hubiera sido letal, los ratones vacunados lograron combatir la infección y mostraron una mejor tasa de supervivencia que los animales no vacunados.
Los científicos creen que es posible adaptar el compuesto químico de las nanopartículas para crear cápsulas «a la medida» según el tipo de vacuna que se va a suminstrar.
El doctor Soman Abraham, quien dirigió el estudio, afirma que los compuestos individuales que se utilizan en las nanopartículas ya fueron aprobados para uso en humanos en Estados Unidos.
«Hay mucho interés en la terapia basada en nanopartículas» explica el científico.
«Pero nosotros estamos basando nuestros materiales en nuestras observaciones de los mastocitos naturales».
«Ésta es una aplicación diseñada para suministrar el material correcto en el lugar correcto del organismo para poder lograr la reacción más efectiva del sistema inmune» agrega el investigador.