Argentina.- La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner será operada de cáncer de tiroides a principios de enero próximo, por lo cual a solicitado licencia médica por 20 días, período durante el cual el PoderEjecutivo quedará a cargo del vicepresidente Amado Boudou.
La noticia conmovió otro fin de año en la Argentina luego que el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, leyera el comunicado firmado por los médicos de la Unidad Médica Presidencial.
El tumor fue detectado durante estudios de rutina que se realizó la presidenta Kirchner en el Instituto de Diagnóstico Maipú, en Olivos. La primera alerta la dio una ecografía de tiroides, por lo que se decidió someterle a una punción para extraerle tejido de la zona, que terminó confirmando el diagnóstico.
“El impacto emocional inicial, cuando la Presidenta escuchó la palabra cáncer, fue fuerte. Pero se fue tranquilizando a medida que le explicaron que se trataba de una de las formas más benignas y curables”, confió una fuente de su círculo de mayor confianza.
La presidenta fue sometida a estudios complementarios donde “se constató la ausencia de compromiso de los ganglios linfáticos y la inexistencia de metástasis”, según informó Scoccimarro. Con el tumor circunscripto a la glándula tiroides, los especialistas pronostican una recuperación favorable.
Sin necesidad de una operación de urgencia, Cristina volverá a Gallegos este fin de semana para recibir el año nuevo junto a su familia.
La intervención quirúrgica fue programada para el 4 de enero en el Hospital Austral y estará a cargo de Pedro Saco, jefe de cirugía de esa institución y también titular del servicio de cabeza y cuello del Instituto de Oncología Angel Roffo de la UBA.
Se ha informado que la Presidenta estaría internada 72 horas y atravesaría una convalecencia posquirúrgica de 20 días.
La Presidenta padece con regularidad episodios de baja de presión, que la han obligado en los últimos años a cancelar actividades y reprogramar su agenda. A eso se le suma el estrés lógico por la sobrecarga de presiones de su actividad, agudizado el duelo que atraviesa tras el fallecimiento de su esposo.
Cristina ha vivido el último año en un sube y baja emocional del que ha dado cuenta en público y privado, y divergen sobre la influencia que estos antecedentes podrían o no tener en la enfermedad que se le detectó a la Presidenta.