Por José Miguel Carrión
A lo calladito, como quien no quiere la cosa, a lo interno de los principales partidos políticos del país se libra, con mayor o menor intensidad, una feroz lucha fratricida, especialmente en las organizaciones que deberán escoger a sus candidatos presidenciales a las elecciones generales de 2028.
Esa lucha interna afecta particularmente a los partidos Revolucionario Moderno (PRM), de la Liberación Dominicana (PLD), y con menor vehemenca, en la Fuerza del Pueblo (FP), que prácticamente tiene definido a su candidato presidencial a los comicios de 2028.
En la FP, esa lucha tiene menor intensidad, pues se da a nivel de los cuadros dirigenciales. En cuanto a la candidatura presidencial, se da por un hecho que será encabezada por el tres veces ex presidente Leonel Fernández, quien sorprendentemente ha repuntado con fuerza en las simpatías del electorado.
En lo que respecta al PLD, aquí ya comenzaron las descalificaciones entre los aspirantes a la candidatura presidencial, y no acaban de ponerse de acuerdo sobre la fecha en que deberá ser escogido quien los representará en los comicios de 2028.
En cuanto al PRM, la lucha interna es tan feroz, que algunos aspirantes víctimas de sucias campañas mediáticas realizadas por “comunicadores”, han denunciado que estas son pagadas por contrarios suyos en el mismo partido de gobierno, y que por demás son funcionarios.
Estos enfrentamientos en el partido de gobierno eran previsibles y alcanzarán su climax a medida que se acerca el 2028. Lo previsible era que tratándose del partido en el poder, la cantidad de aspirantes sería mayor, y a mayor cantidad de aspirantes, más intensas y profundas las contradicciones, con el agravante de que todos los aspirantes manejan presupuestos estatales.
Esto les da la ventaja de que aunque no sean recursos propios, cuentan con fondos para patrocinar campañas sucias contra sus contrarios dentro y fuera del partido oficial.
Cuando el presidente Abinader advirtió que todo aspirante a la nominación presidencial deberá renunciar del gobierno, adelanté que nadie le haría caso, y que a lo más que llegarían sería a canalizar sus aspiraciones con cierta discreción, y así ha sido.
Ahora estarían utilizando a “comunicadores” para promoverse mediante campañas asquerosas contra sus contrarios, y conseguir comentarios favorables a sus aspiraciones. También manejan encuestas amañadas. Los presupuestos publicitarios de las instituciones que dirigen les brindan una excelente oportunidad para sus fines.
Por un lado le dan visos de institucionalidad publicitaria a la payola mediática disfrazándola como parte del Programa Operativo Anual (POA), de sus respectivas instituciones.
Lo que pasa en el PRM necesariamente arrastra al presidente Abinader, pues pone en juego su liderato y da la impresión de que aparte de que no tiene voceros ni nadie quien defienda a su gobierno, no se le tiene respeto en ninguna de las instancias oficiales.
Ministros y directores generales de poderosas instituciones pagan campañas rastreras contra contrarios, no solamente a “comunicadores”, sino a medios tradicionales con mucho tiempo establecidos.
También obra en su contra la calamitosa situación económica en que se encuentra el país. No es asunto de impresión, sino de una realidad verdadera. A la gente se la está llevando el diablo.
Aparte de sus enfrentamientos internos, el PRM está afectado por otra realidad, que es el creciente disgusto de la población por los frecuentes e interminables apagones, falta de escuelas, que agrava la crisis de la educación; el alto costo de la vida, los actos de corrupción denunciados en el gobierno, agravados por la práctica quiebra del Seguro Nacional de Salud (SENASA), la delincuencia desbordada, las ejecuciones policiales y un largo etcétera que asfixia al pueblo llano.
Consciente de que esa realidad puede afectar negativamente la organización oficial en 2028, el PRM inteligentemente realizó recientemente un retiro de tres días en Jarabacoa, donde su dirigencia analizó la situación, definió una hoja de ruta hasta los comicios, analizó la relación partido-gobierno y exploró fórmulas que lo reconecten con la sociedad.
Ojalá que con tantos problemas que resolver, el estrés no le juegue una mala pasada al PRM.
Por ahora, está por verse si el PLD y la FP enterrarán definitivamente el hacha de guerra y dejarán de sonsacarse a sus respectivas militancia y dirigencia.