Santo Domingo.- La obra “Fausto”, de Johann Wolfgang von Goethe, protagonizada por el actor y escritor Patricio León,encantó al público que acudió del 1 al 10 de agosto a la Sala Ravelo del Teatro Nacional y que pudo disfrutar de esta producción espectacular.
Patricio León, se desdobla para personificar al ´demonio´o Mefistófeles, con quien Fausto hace un trato y le vende su alma a cambio del amor de la joven Margarita, el poder , el conocimiento ilimitado y los placeres terrenales.
Con una gestualidad que evoca a los bufones medievales, el actor hace reir mientras lleva a Fausto hacía lo que quiere lograr de él, de forma humorística y con una visible complicidad con el público.
León da vida a este personaje diabólico de forma tal que no permite que el público pierda la atención sobre las tretas que hará, para llevar a los protagonistas a cometer actos de los cuales luego se arrepienten.
Junto a León, Camila Santana, Lía Briones y Richardson Díaz consolidan una puesta en escena a la altura, de cualquier sala teatral del mundo, que muestra la capacidad del teatro dominicano.
El drama trágico de Goethe, publicado en dos partes (1808 y 1832), es considerado una joya de la literatura universal.
Mefistófeles representa para Fausto una vuelta a la juventud, le ofrece demostrarle que aún quedan misterios del mundo que desconoce (pensamiento absolutamente absurdo para Fausto), le devuelve la pasión que lo movía antes de ser un erudito.
Fausto cree que podrá dominar a Mefistófeles y manipularlo,pero no es así, es Mefistófeles quien lleva a Fausto según su gusto para que este confíe plenamente en él y se entregue a sus juegos.
Sobre la obra León afirma que el mayor desafío escénico que enfrentó fue hacerla cercana al espectador de hoy, sin simplificarla, un verdadero ejercicio creativo. “Queríamos que el público sintiera que Fausto habla de ellos, de nosotros, de los dilemas eternos del ser humano. Desde la producción, especialmente la comunicación y promoción, hemos trabajado para que se perciba cercana y el público se anime a descubrirla”.
Manifestó que esta pieza teatral es una mirada artística rigurosa sin perder de vista la complejidad logística y administrativa que conlleva producir un espectáculo de esta magnitud.
Sostiene que bajo la dirección del maestro Manuel Chapuseaux, ha traído resultados positivos. “Dada mi formación, soy bastante respetuoso de la dirección escénica, que al final es quien tiene la concepción artística del montaje”.
Explicó que Chapuseaux tiene una mirada lúdica sobre los textos, un profundo respeto por la palabra y un sentido estético muy afilado. Como director es efectivo: propone, desafía y acompaña. Su versión de Fausto es arriesgada, poética y profundamente teatral”.
Sin dudas el público disfrutó de una buena trama entretenida e inolvidable, con un mensaje sobre los peligros de la codicia y la ambición descontrolada.