Adoptar rocas como mascotas es una tendencia peculiar que ha ganado terreno en las ciudades surcoreanas, ofreciendo un curioso alivio al stress en los coreanos.
Este fenómeno, aparentemente absurdo pero sorprendentemente efectivo, ha sido objeto de un extenso reportaje reciente en The Wall Street Journal.
En un país conocido por sus extensas horas de trabajo y altos niveles de estrés laboral, la idea de tener una mascota convencional puede resultar abrumadora para muchos trabajadores.
práctica de adoptar rocas como compañeros de vida. Estas rocas, que no requieren paseos ni cuidados especiales, se han convertido en una forma simple pero efectiva de encontrar consuelo en medio de la rutina agobiante.
Aunque pueda parecer extraño a primera vista, aquellos que han adoptado esta práctica ven en las rocas mucho más que simples objetos inanimados. Para muchas personas hablar con su roca alivia el estrés de manera similar a como lo haría una mascota tradicional.
El legado de Gary Dahl y el renacimiento de las Pet Rocks en Corea del Sur
Esta tendencia moderna tiene sus raíces en un fenómeno anterior: las Pet Rocks de los años 70 en Estados Unidos. Gary Dahl, empresario y publicista, fue el pionero de la idea de vender piedras como mascotas, un concepto que, aunque efímero, logró un éxito comercial notable. Ahora, décadas después, el espíritu de las Pet Rocks resurge en Corea del Sur, adaptándose a las necesidades contemporáneas de alivio del estrés.
Hace unas décadas el mundo tuvo un momento de involución afectiva: cuando pasó de la adopción de un perro o un gato al tamagotchi, una mascota electrónica de los 90 dentro de una cajita plástica. Pero en Corea del Sur, con su nueva moda de adoptar una piedra como mascota, seguimos yendo hacia el progreso mientras retrocedemos un paso.