Daños por tumba y quema en Parques Nacionales.

 

José Rafael Sosa

 

Tumba y Quema (José María Cabral) trasciende su perfil de excelente trabajo documental por la importancia como expositor de la dramática desprotección de nuestros Parques Nacionales.


Valle Nuevo escena del documental Tumba y Quema.

El documental, que se exhibe actualmente en Fine Arts, es una bien concebida realización técnica y artística, pero su importancia está dada por la urgencia del tema medioambiental, por lo que debe ser visto y provocar el interés y la acción social para enfrentar la depredación irresponsable de nuestras zonas “protegidas”.

La tesis de Cabral es simple: “¿Están protegidos los Parques Nacionales?”. Y la verdad que muestra, dice que no.

Tumba y quema es una de las más valientes y definidas entregas del género documental dominicano, con hermosas imágenes de la flora y la fauna, pero sin quedarse en el idílico paraíso.

La respuesta que ofrece con imágenes y declaraciones incontrastables: no.

El documental, impregnado de valor social y verdad científica, identifica las figuras del poder económico y político responsables de una situación crítica , que mantiene en peligro la belleza paisajística y valor ambiental de los pinares y los diferentes tipos de bosques.

Tumba y quema es un documento audiovisual responsablemente realizado con buen criterio de cine como arte y técnica, a partir de un guion que expone como se ha explotado y manipulando campesinos dominicanos y haitianos, para hacerlos aparecer como culpables de las acciones ilegales (desde el secuestro de las aguas en sus fuentes originales, hasta las prácticas de siembra ilegal, sobre todo de aguacates y limones).
Al espectador le llaman la atención la calidad de la fotografía, de Hernán Herrera, la música original de Jorge Magaz, factores que junto al discurso visual, crea una identificación emocional. Excelente el criterio de sus los planos generales, las tomas en picado desde el dron, a lo que agrega detalles en primer plano de hojas, cortezas, líquenes y especies vivas. (en especial insectos y reptiles), todo con la edición de Nacho Ruiz Capilla, limpia y ágil.

Cabral nos pasea por ante la belleza de esas empinadas altas copas de los pinares que coquetean con las nubes, a lo cual añade la dramática y silenciada situación de la zonas quemadas y desmontadas en laderas y valles intra montanos, es decir el proceso de depredación y destrucción silenciado.

Los expositores aportan criterio científico y social: Frank Moya Pons (historiador y sociólogo), Osiris de León (geógrafo) , Frank Rainieri (del Grupo y Fundación Punta Cana), Yolanda León (senderista), Andrés Ferrer (Fundación Moscoso Puello), Eladia Gesto (Consultora Fundación Propagas), la antropóloga Fátima Portorreal y los ex ministros de Medio Ambiente Francisco Domínguez Brito y Jaime David Fernández Mirabal.

Mención especial merecen las intervenciones del biólogo Luis Carvajal (ambientalista, de la Comisión Ambiental de la UASD y Academia de Ciencias y la extraordinaria capacidad de exposición de la abogada y ecologista Altair Rodríguez, de la Finca Tierra Negra, (propiedad ecológica y agroforestal de la pocas que queden en el Cibao con esa categoría), nieta del héroe nacional – aun no reconocido como debiera ser- Juancito Rodríguez.

Altair Rodríguez expone una metodología de manejo integrado de las especies a cultivar forestalmente y quien ofrece, didácticamente de forma sencilla, apuntes hacia la solución del problema planteado y que supera los referentes del denunciador ambiental.

Resalta la ausencia entre los expositores y analistas de la situación de los Parques Nacionales. del quien fuera ministro de Medio Ambiente del gobierno presidido por Danilo Medina Sánchez, el licenciado Ángel Estévez, quien se negó a conceder una entrevista para el documental.

Es emotivo y merecido el reconocimiento a Orlando Jorge Mera, (EPD), caído en el desempeño de sus funciones, y de quien aparecen varias declaraciones sobre los Parques Nacionales.


Daños por tumba y quema en Parques Nacionales.

Nos habría gustado

Nos habría gustado tener una idea geográfica de la ubicación de los parques nacionales sobre un mapa del país, como elemento educativo.

Hubiera sido deseable proyectar mejor la postura y de los campesinos dominicanos y haitianos para no dar lugar a culpabilizarlos ​sin exponerlos como depredadores.

Esos labriegos y cultivadores no son los culpables.

La responsabilidad está en otros ámbitos, señalados con nombres y apellidos, en este trabajo.

Tumba y Quema, trasciende su cuidada fotografía, su detallada, precisa banda sonora, sus tomas aéreas que refuerzan el carácter épico de sus tiros de cámara y una musicalización que lleva al alma la angustia y el grito que llama la acción ante el ecocidio.

Este documental es mucho más que un tema para una rutinaria crítica de cine​. No. Se trata de una demostración de la estatura que adquieren la responsabilidad oficial y la indiferencia de la sociedad toda ante un proceso que atenta contra la existencia humana de esta o las próximas generaciones.

Insistimos, Tumba y quema es un llamamiento a la acción y la conciencia a fin de preservar la vida.

Más que un documental ambiental, lo que demanda Tumba y Quema, verlo, es una acción positiva de cada quien. Sin más que eso.

 

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *