Ada Sang de González, Juan Carlos Rodríguez, María Palacios, Rosa María Cuesta, Marta Pelayo, Sofía de Reyes, Julio Cruz y Carmen Hernández.

Santiago.- La música de Frankos,  Frandy Sax y  del maestro Ramón Orlando amenizaron  la tercera versión de la Tarde de Té de Verano del Patronato Nacional de Ciegos, filial Santiago.

Irina de Fernández y Josefina de Salcé.

Un despliegue de hermosísimas mesas, decoradas por especialistas y voluntarios, sirvieron de escenario a la solidaridad que fluyó en el Santiago Country Club en favor de las personas con baja visión y ciegas recuperables. La actividad fue conducida por Francisco Sanchis y Francisco Vásquez.

Niels Ureña, Cinthia Fernández, Dayanara Reyes e Isobelina Veloz.

Una comitiva de estudiantes del colegio Intelecto entregó la donación de RD$30,162 pesos al Patronato.  Esos fondos forman parte de un proyecto creado por los estudiantes.

Además hubo rifas de órdenes de compra y consumo en las empresas Casa Cuesta, Giacomo Café, Gran Almirante, membresía de Exercise, Charo Decoraciones, Taberna de Pepe, Beia, Camp David, boleto aéreo, entre otros muchos premios.

Con los recursos generados en la actividad, la institución encamina un generoso programa de asistencia en salud, de prevención y cirugías a personas ciegas de limitados recursos económicos. Julio Cruz, presidente de la junta directiva de la filial Santiago del Patronato Nacional de Ciegos, informó que en los últimos tres años han patrocinado 250 cirugías de cataratas, así como un total de mil 550 personas atendidas en operativos oftalmológicos y 2,822 personas consultadas, entre otras actividades destinadas a preservar la salud ocular.

Francisco Sanchís y Francisco Vásquez.

La Tarde de Té de Verano consiste en el montaje de vistosas y originales mesas con anfitrionas que se encargan de decorarlas con amor y hermandad en favor de la causa.

 

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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