de_la_mata_a_la_taza_600x338_CM
En Las Lajas, Altamira, hay mujeres emprendedoras y a mucho orgullo. Sus ancestros quisieron, más no pudieron tener una fábrica de chocolates. Sus abuelas y sus madres, también. Las hijas son tercas y audaces.

Se han organizado en el Centro de Madres Ana Idalia Navarro. Son 67 emprendedoras. Decididas y alegres.

Como no hay peor diligencia que aquella que no se hace, empezaron a tocar puertas, cuenta Margaret Beltrán, la líder de las chocolateras de Las Lajas.

Inteligentes, se atrajeron un aliado, probablemente el mejor de todos en estos tiempos: Danilo Medina. Se lo ganaron a su causa tan temprano como en la campaña electoral.

Danilo Medina no les falló y se les apareció el 25 de abril del año pasado. Se reiteró dispuesto a cumplir su palabra. Podían contar con su apoyo. Se presentaba a escuchar para ayudar.

El sueño ancestral comenzó a construirse con el apoyo del FEDA (Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario) con financiamiento al 5% y un año de gracia para pagar.

Lo primero fue construir una «infraestructura espectacular». Inmediatamente hacerse de las maquinarias: tostador, descascaradora, molino y vibradora.
Y fajarse a trabajar.
Pronto estarán exportando a Canadá bajo su marca Choco Lala (poca espuma y mucho chocolate).
«Ahora somos dueñas», dice Nelfry García.
Y lo mejor de todo es que la fábrica, el apoyo del gobierno liberó a muchas de estas mujeres de ser domésticas en Santiago y Puerto Plata. «Me trasladaba a trabajar a casas de familia, cuenta una de ellas. Ahora no lo hago».
«Yo me río con la muela de atrás, dice Margaret muerta de la risa.
Si esto no es dicha, póngale usted nombre a toda esta alegría.
cacao

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *