Mons. Oscar Arnulfo RomeroMons. Oscar Arnulfo Romero

El Obispo salvadoreño fue asesinado un 24 de marzo de 1980

Margarita brito Fco.

Mons. Oscar Arnulfo Romero
Mons. Oscar Arnulfo Romero

A 33 años del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, la iglesia Católica lo recuerda como un hombre que luchó por su pueblo y cuya muerte estuvo a manos de católicos.
Estaba en la iglesia San Pablo Apóstol de Cristo Rey, cuando el sacerdote recordó a este Obispo, que sin ser canonizado el pueblo le llama Santo y los cánticos religiosos en su honor se sucedían.
Recordé aquel día en que anunciaron su muerte, en octubre de 1979, a pesar de estar tan lejos de donde ocurrió el hecho me sentí cercana.
Monseñor Romero había denunciado hechos de represión días antes de su muerte, incluso el día anterior había dado cuenta de casos realizados por los cuerpos de seguridad e hizo un llamado al ejército salvadoreño, la Guardia Nacional a no matar a sus hermanos campesinos, a que hicieran prevalecer la ley de Dios de NO MATAR.
Decía que la Iglesia, defensora, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, no podia quedarse callada ante tanta abominación y que de nada serviían ls reformas si iban teñidas de sangre.
Oficiaba misa cuando fue asesinado, en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador. Un disparo hecho por un francotirador impactó en su corazón, momentos antes de la Consagración del Pan y el Vino. Tenía 62 años de edad. Sus restos mortales descansan en la cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador.

El Escuadrón de la muerte

En 1993 la Comisión de la Verdad, organismo creado tras Acuerdos de Paz de Chapultepec para investigar los crímenes más graves cometidos en la guerra civil salvadoreña, concluyó que el asesinato de Monseñor Óscar Romero fue perpetrado por un escuadrón de la muerte formado por civiles y militares de ultraderecha y dirigidos por el mayor Roberto d’Aubuisson, (fundador del Partido ARENA) y el capitán Álvaro Saravia
Años más tarde Saravia confesó en una entrevista su participación junto a importantes empresarios, entre estos Mario Ernesto Molina Contreras, capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvado entre otros.
D’Aubuisson, que murió en 1992 como consecuencia de un cáncer, siempre rechazó su vinculación al hecho.
En 2004, una corte de los Estados Unidos declaró civilmente responsable del crimen al capitán Saravia, único de los involucrados aún con vida. El 6 de noviembre de 2009, el Gobierno salvadoreño presidido por Carlos Mauricio Funes Cartagena decidió investigar el asesinato de Romero para acatar un mandato de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos del año 2000.
El 12 de mayo de 1994 la Arquidiócesis de San Salvador pidió permiso a la Santa Sede para iniciar el proceso de canonización. El proceso diocesano concluyó en 1995 y el expediente fue enviado a la Congregación para la Causa de los Santos, en la Ciudad del Vaticano, quien en 2000 se lo transfirió a la Congregación para la Doctrina de la Fe (en ese entonces dirigida por el cardenal alemán Joseph Ratzinger, posteriormente Papa Benedicto XVI) para que analizara concienzudamente los escritos y homilías de monseñor Romero. Una vez terminado dicho análisis, en 2005 el postulador de la causa de canonización, monseñor Vicenzo Paglia, informó a los medios de comunicación de las conclusiones del estudio: “Romero no era un obispo revolucionario, sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y de los pobres”. El proceso seguirá nuevos trámites, si son superados, Romero sería el primer santo y mártir de El Salvador.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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