En un acto realizado en la residencia del embajador de los Estados Unidos, Raúl Yzaguirre, fueron reconocidos el Banco ADEMI, la Fundación ADEMI y su presidenta, Margarita De Ferrari, por su participación en diversos programas de educación financiera a través de las iniciativas de la entidad Junior Achievement Dominicana.
Recibieron los reconocimientos por el Banco ADEMI, su presidente, Guillermo Rondón; y por la Fundación ADEMI, Flavia Infante, coordinadora de proyectos y Margarita De Ferrari, presidenta, esta última también recibió un galardón especial.
Las distinciones fueron entregadas por Raúl Yzaguirre, embajador de los Estados Unidos; Salvador Demallistre, presidente de Junior Achievement Dominicana y César Asiático, director ejecutivo.
Durante la actividad se destacó que el Banco ADEMI realizó varios proyectos incluyendo “El Ahorro Infantil” en comunidades de la frontera, a través de Junior Achievement Dominicana, la cual benefició por diez años a once mil alumnos de cuatro escuelas públicas en cursos extra-curriculares sobre educación cívica y financiera.
Este programa, considerado novedoso, fue adoptado como modelo por Junior Achievement en otros países con la cooperación de voluntarios de instituciones y colegios privados, en este caso, el Instituto Politécnico Unión Panamericano y los voluntarios entrenados de la Comunidad Educativa Lux Mundi.
Mientras que la Fundación ADEMI ejecutó más de ochocientos cincuenta proyectos comunitarios sostenibles, impactando a más de tres millones y medio de personas de manera directa.
De estos proyectos comunitarios realizados por el banco y la fundación ADEMI, 72 fueron para acueductos llevando “agua a la puerta” a zonas “secas”, con la cooperación de los voluntarios del Cuerpo de Paz, se ha llevado el líquido por gravedad a 43 de éstas localidades.
Además han desarrollado en otros pueblos proyectos de letrinizaciones, programas de salud, de capacitaciones alimentarias y de la mujer adolescente.
Los 43 proyectos de acueductos, construidos con la participación activa de las mismas comunidades y con la cooperación de los voluntarios del Cuerpo de Paz, sirven de motivación para que las comunitarios se capaciten sobre el cuidar y tratamiento del líquido y que ellos mismos supervisen sus nuevas instalaciones, garantizando la sostenibilidad de los acueductos.