Los fumadores, sean hombres o mujeres son las personas más imprudentes y mal educadas que hay, a la mayoría (no quiero generalizar) no les importa en el lugar en que están para encender un cigarrillo o tabaco.

El fumador no mira espacios para satisfacer ansiedad

Recientemente estuve en un banco comercial y como es habitual, luego de la pandemia de coronavirus, hay que hacer una fila kilómetrica fuera de la entidad bancaria, bajo un sol abrasador y asfixiándonos por la mascarilla.

Pues bien, a mi lado, aunque guardando distancia, se paró una joven que de inmediato encendió un cigarrillo. No me quedó más remedio que decirle en forma molesta que se fuera lejos de mi a fumar, indicándole que si encima de la mascarilla tenía un fumador a mi lado era para caer desmayada.

No pensé que me estuvieran escuchando, pero varias personas que hacían fila y hasta guardián levantaron el dedo pulgar en señal de respaldo.

Y es que hoy día la mayoria sabe que es ser fumador pasivo y las consecuencias a que se expone una persona que sin fumar comparte en un ambiente con fumadores.

Fumar pasivamente causa de graves enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre estas cardiopatía coronaria, el cáncer de pulmón y el síndrome de muerte súbita en el lactante. Los efectos inmediatos incluyen irritación de los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones. También dolor de cabeza, náuseas y mareos.

Aunque hace más de 50 años se sabe que el tabaquismo es perjudicial para el fumador, sólo hace casi tres décadas que se comenzó a alertar sobre el riesgo que implica el humo ambiental de tabaco para los no fumadores.

En el humo de tabaco hay más de 4 mil químicos conocidos (cadmio, plutonio, DDT, arsénico y muchos más), de los cuales por lo menos 250 son nocivos y unos 50 son cancerígenos.

En un espacio cerrado, todos quedamos expuestos al humo ambiental de tabaco y sus efectos perjudiciales para la salud, especialmente los niños.

No se cómo será cuando abran los lugares nocturnos como discotecas, cines y otros, pero en estos lugares antes de la pandemia, siempre aparecía «un graciosito» que encendía un cigarro y ni que decir en grandes espectáculos!

Lo cierto es que si tomé la determinación de no fumar, tampoco permito que nadie se coloque a mi lado a hacerlo.

Cuando se fuma en un ambiente cerrado las sustancias del humo del tabaco quedan en suspensión y permanecen por muchas horas e incluso días o semanas, si estamos en un lugar así, de inmediato la ropa se impregna de este olor desagradable. 

Ventilar abriendo puertas y ventanas no es suficiente y de poco sirven los extractores de aire, ya que aunque el humo y el olor se van pero las sustancias quedan en suspensión, pegadas a cortinados, muebles, alfombras, la ropa y hasta enel cabello.

Muchas personas aprovechan a fumar cuando los niños no están en casa pensando que de esa manera los protegen, pero es importante que sepan que el riesgo está presente. La única alternativa es hacerlo fuera de los ambientes cerrados, es decir, patio, terraza o balcón, ya que se sabe que fumar en la cocina o el lavadero no los protege del daño.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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